miércoles, 30 de enero de 2008

REFLEXION EN MEDIO DE LA TROCHA

Cuando hace unos pocos meses empezó la competición sabíamos qué podíamos esperar de nuestro primer equipo: trabajo e ilusión.
Pedir más trabajo, más dedicación, más esfuerzo... no cabe. La actitud de nuestros jugadores sólo puede merecer nuestro aplauso, tanto más sincero, incluso, para aquellos que añaden a la frustración del resultado, la dureza de la madera del banquillo.
Todos los días, cuando a las 10 de la noche y tras dos horas, o más, de duro entrenamiento, se van a la ducha, ya se han ganado todo mi reconocimiento.
Sabíamos, por lo apresurado de la decisión, que era cosa de titanes. Existe un aforismo latino, empleado por los picapleitos, que lo resume: ad imposibilia nemo tenetur, nadie está obligado a lo imposible.
Quisiera con estas pobres líneas quitar de vuestras cabezas la presión que se advierte en vuestras caras, ciertos rictus, que, esos sí, a mí personalmente, me preocupan.
De esto no se vive. No os jugáis nada. Quiero veros felices, que os divirtáis, que disfruteis del waterpolo. Ver vuestro esfuerzo, que lo vemos, es nuestra recompensa.
Naturalmente que podeis (y debeis) mejorar. Pero no os pre-ocupeis, ocupaos.
Me gustaría ver descaro. Que lo intentemos.
Claro que no sé nada de waterpolo y eso de jugar de 1, de 2, de 3... ni idea de en qué consisten esas posiciones, y juro que muchas veces no entiendo qué pita el árbitro. Pero veo vuestras caras y sé cuando os lo pasais bien y cuando no.
No todos somos iguales. Por eso no todos reaccionamos igual ante los mismos estímulos. La "gracia" consiste en apretar a cada uno por donde va a producir más.
Y aquí quiero hacer una mención especial a ése que los manda. El enorme mérito que tiene marcar retos por encima de unas victorias que se producen casi sin querer. Conseguir que tras una jornada de estudios, cada vez más exigentes, una novia (o novio), un trabajo, otros amigos, dediquemos tantas horas a un deporte cuando vemos que el resultado del próximo fin de semana no nos exigiría tanto esfuerzo. En otros sitios, 300 kilómetros más arriba, la propia inercia de la competición marca la superación de los jugadores. Aquí nos la tenemos que inventar día tras día. Ése es el enorme mérito de Rubén, que yo le reconozco.
Pero ahora nos enfrentamos a una nueva dificultad, justo la contraria, precisamente por la imposibilidad (ya sé, ya sé, no hay nada imposible), del reto que nos han marcado las circunstancias: mantener la ilusión cuando pintan bastos.
Sé que solventaremos ese reto. Brindo por ello.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
Santiago dijo...

Por las mismas razones que los anteriores.

Las críticas personales deben ir firmadas. El anónimo es inadmisible.

De lo contrario esta ventana se convierte en un pim pam pum, en el que disparar se hace desde la total impunidad. Y este blog no se va a prestar a eso. Me duele que se confundan las cosas: la libertad de expresión no tiene nada que ver con esto. Cada cual puede opinar lo que quiera, pero las invocaciones a ciertos derechos no pueden hacerse desde la elusión de las responsabilidades que tienen como contrapartida.

Espero que lo entendáis todos.

Y sobre todo pensad que las cosas se pueden decir de muchas maneras y hemos de elegir la mejor si lo que ponemos por encima de todo es la pervivencia de la armonía entre nosotros.

Un abrazo

Anónimo dijo...

Vaya!, lo siento

http://askartza.blogspot.com/2008/02/askartza-valencia-13-7-la-victoria-ms.html